Finalmente salí a caminar. Bajé al centro y me tomé un café en el café de la plaza. Volví caminando, esperando que no lloviera. No me gusta mojarme con la lluvia. Es que una vez, cuando iba como en cuarto básico, mi tío me fue a buscar al colegio y había un temporal. Las micros no pasaban y nosotros parados debajo de un árbol. Era ridículo, porque el árbol no tenía ni una sola hoja y el agua pasaba directo por entre las ramas para caer sobre nuestras cabezas. No sé cuánto tiempo pasó, lo único que sé es que cuando llegamos a la casa, estaba mojada hasta los calzones. Tenía un frío que me calaba los huesos. Tanto así, que me tuvieron que meter a la ducha con el agua bien caliente. Cuando salí, mi abuela me dio una aspirina para niños, de esas rosadas que se chupaban y eran mas malas que la cresta y me metieron a la cama. Desde ahí no soporto andar bajo la lluvia. Excepto si es tibia, como en Paraguay. Estuve ahí un verano. Hubo tormenta y con unos amigos salimos a jugar a la calle hasta quedar hechos sopa. Ahí si no me molestó. Pero es que fue diferente. Ah, pero estaba en otra cosa. Caminé de ida al centro y de vuelta a la casa, tratando de ordenar un poco los pensamientos y las emociones. Las emociones mas que los pensamientos. Pero me es difícil ordenarlas. Me sobrepasan a veces. Entonces hago eso, salgo y camino. Sin prisa, disfrutando el paseo. Eso hacía cuando recordé que mañana es mi cumpleaños. Tal vez sea hoy para cuando publique esta entrada. Cumplo treinta y nueve años. Quizás por eso andaba un poco sentimental. Y si, creo que es eso, en parte. Entonces agarré por ahí el hilo para intentar desenmarañar el asunto. Y me di cuenta de que en realidad el año se me paso tan rápido, que no alcancé a digerirlo muy bien. Eso, entre otras cosas, puede ser lo que me haya puesto un poco mal. Pero luego pensé que daba lo mismo, porque a pesar de ello, había avanzado bastante. Pueden corroborarlo con mi familia si es que no me creen. Luego intenté evadir esas otras emociones que definitivamente no puedo manejar, porque lo que las provoca está totalmente fuera de mi alcance. Pero no pude. Entonces me di cuenta de que había programado mi lista de reproducción para que repitiera el mismo tema una y otra vez. Creo que sería bueno buscar otra canción, porque por más que trato de encontrarle un nuevo sentido a ésta, termina siempre diciéndome lo mismo. Es como obvio, ¿no?.
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