jueves, 1 de diciembre de 2016

A salvo

Se metió la mano en la boca, hundió el brazo hasta el codo y tanteó hasta encontrarlo. Lo arrancó de cuajo y lo sacó. Lo miró. Y antes de que cualquier otro pudiera hacerlo, lo apretó hasta reventarlo. Luego lo tiró y pisoteó los restos hasta convertirlos en nada. Entonces respiró profundo y suspiro aliviada. Por fin estaba a salvo.

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