Cerca de la casa de mi abuelita, no había muchos arboles. Y los que había, eran de tronco largo, copas altas y hojas moradas. Cuando mis papás entraron a la Misión, nos fuimos a vivir a Villa Alemana, en una casa quinta enorme, o al menos así me parecía a mi, porque yo era muy chica. Al fondo del sitio, había un árbol gigante. No sé de qué tipo era, pero lo importante era que se podía escalar. En ese tiempo fue que aprendí a subirme a ellos. Y lo amé. Desde ese entonces y por muchos años durante mi infancia, llegar al tope, a lo más alto posible, fue siempre mi meta. Es que estar arriba de un árbol, sobretodo cuando hay viento, es una de las experiencias más hermosas que existen. Mecerte sobre sus ramas, oír cómo te murmuran sus hojas, poder ver desde lo alto y sentir que estás un poquito más cerca del cielo en medio de tanta belleza, te sana el alma.
"Dejo por escrito que no he mentido ni desmentido a pesar de otras verdades. Dejo por escrito que si he mentido ha sido a mi misma y no me he dado cuenta. Dejo por escrito que no quiero ser víctima de los juegos de las trampas de mis juegos implacables. La luna tiene dos caras y esconde una y nadie la tironea ni la acosa. Y siempre tan alta, tan blanca, tan distinta" La Luna, Esteban Navarro
domingo, 24 de junio de 2018
viernes, 22 de junio de 2018
Verano en Chancón
- La leche está tibia, no me gusta así…
- Es que está recién ordeñada, ¿por qué no te
gusta?
- Está salada
- No seas mañosa, tómatela no más
- Esas plantas que
crecen a la orilla de la acequia parecen colchón de novia… ¿No se podrán llevar
a a la casa en una bolsa?. ¿Cuánto durarán?.
- No mucho, tienen que estar en agua
corriendo…
- ¿La leche que ordeñan en la mañana
temprano ¿de esa es?, ¿ y cómo está caliente?
- Es que esta la ordeñaron recién,
ya te dije ya, y le sale caliente a la vaca… Ya pues, termina luego
- Y después, ¿puedo salir?
Mi hermana es una loca,
parece un animalito. El otro día estábamos jugando a atrapar a los patitos y la
otra le puso un pié encima… lo aplastó tan fuerte que se murió. Después le
salía una cosa por la boca, ¿qué sería?. Lo tiramos al río y se fue rápido con
la corriente. Me dio pena, y a la pobre Paula también. Pero más pena me dio su tristeza... La de ella.
- Y con la otra leche que queda en la mañana,
¿con esa hacen el quesillo? Y ¿qué es ese polvo amarillo que le echan?
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